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martes, 3 de agosto de 2010

El proceso creativo


Si fuera posible esquematizar el proceso creativo en diferentes fases, nos quedaría algo parecido a lo siguiente:

Comenzaríamos por algo que nos haya despertado el interés y/o la curiosidad.

Simplemente manteniendo una actitud receptiva: seguro que algo que escuchemos, leamos u observemos nos encenderá la bombilla.

Para ello, debemos aprender a saber: escuchar, leer, observar y relacionar los detalles.

Dicho interés nos llevará a documentarnos e informarnos sobre nuestra idea. Hoy en día a parte de las fuentes de documentación clásicas disponemos de infinita información en la Red.

Esta información recogida nos permitirá valorar la viabilidad de la idea y será la base que nos permitirá defender y argumentar nuestra idea ante aquellas personas que nos van a financiar la idea si vamos por libre, o que nos tienen que dar el visto bueno si la vamos a desarrollar en el marco de la organización para la que trabajamos.

Seguramente las opiniones y el feedback que obtengamos en el proceso anterior, nos van a llevar a replantearnos cosas de nuestra idea, a ser conscientes de cómo se ve la idea desde diferentes puntos de vista y si somos capaces de aglutinar las sugerencias y las críticas constructivas obtenidas, seguramente dotaremos a nuestra idea de nuevos argumentos que la harán más sólida y fuerte.

Ahora ya estamos listos para llevar nuestra idea al papel y luego para esculpirla en el soporte adecuado que nos permita sacarla a la luz.

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