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martes, 6 de septiembre de 2011

Gestionar tu comunidad

¿Dejarías la gestión de la imagen corporativa de la empresa en manos de un becario? ¿pondrías a un becario a negociar y gestionar tu próxima campaña publicitaria? Entonces, porque contratas a un becario para gestionar tu comunidad.

Y con esto no quiero ser ni elitista, ni anti-becarios. No tengo nada en contra de que un becario u otras personas de tu organización, aporten sus ideas y participen generando documentos y ficheros diversos o que realicen tareas administrativas o de soporte de estos procesos, pero sí de que les carguemos con el marrón de tener la responsabilidad de llevar la gestión de algo tan importante.

Porque sí, gestionar tu comunidad es tan o más importante que crear la imagen corporativa de la empresa o que definir y negociar tu próxima campaña publicitaria. Y seguro que, en tu empresa, la responsabilidad de dichas tareas esta en manos de personas con unas capacidades, competencias y habilidades a prueba de cualquier duda.

Y por ello, necesitas a una persona perfectamente socializada para ello, un company man (o woman) que conozca la misión, la visión y los objetivos de la empresa y se identifique con ellos. Sólo así, podrá hablar en nombre de tu empresa y convencer al resto de la organización de lo necesario que es implicarse con los valores de la empresa y sabérselos transmitir a los stakeholders de la empresa (consumidores, proveedores, agentes sociales,...)

Conocer la web 2.0 y manejarse con soltura en las Redes Sociales, es fundamental para la gestión de comunidades, pero no lo es todo. Por ello aunque ese jovencísimo becario que no se despega de su iPhone en ningún momento y que conoce al dedillo hasta la más reciente y novedosa herramienta 2.0 parece el candidato idóneo para el puesto, no lo es.

Pues para ser community manager se necesita algo más, se necesita don de gentes, habilidades comunicativas y sobretodo madurez personal, autocontrol y saber resolver conflictos a base de buscar acuerdos, no echando más leña al fuego.

Y para que sus mensajes no sean más que palabras y sus acuerdos no se conviertan en papel mojado, necesita ostentar en la empresa una posición que le dé cierto poder para tomar decisiones, o para poder hablar de tú a tú con quien pueda tomarlas. Por lo que no puede ser cualquier empleado, sino que debe ser o bien, parte del staff de directores, o bien, ser la mano derecha del responsable de Marketing o de Comunicación. Debe mantener una relación estrecha con el departamento de Responsabilidad Social Corporativa y con el de Personal. Y no le deben temblar las piernas cuando necesite hablar con Finanzas o discutir el diseño de un producto con Producción.

Aunque si piensas que puedes encontrar en el mercado a un becario con un perfil como éste y así poder pagarle 150€ al mes, pues nada, buena suerte.

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