La crisis está poniendo puntos y aparte en muchas trayectorias profesionales. Dentro de una organización las cosas evolucionan a un ritmo diferente de como lo hacen en el mercado, lo que hace que cuando una persona es despedida después del normal "hacer siempre los mismo" que implica llevar unos cuantos años en una empresa, se encuentre con que sus competencias y capacitaciones han quedado obsoletas.
El acceso a un máster desde el desempleo se está revelando como un puente hacia un mercado laboral en constante y veloz cambio. Se trata de una gran oportunidad para poder volver a estar otra vez en disposición de subirse al tren del empleo.
Los candidatos están dispuestos a invertir su prestación o incluso a pedir créditos a cambio de los beneficios que proporciona un buen máster. No sólo se adquiere una formación y unas competencias que, seguramente, ayudarán al alumno a mejorar profesionalmente, sino que encontrará una nueva fuente de contactos.
Se dice que en muchos casos es más importante donde se cursa el máster que el contenido en sí del mismo, ya que cada vez el mercado laboral se mueve por recomendaciones y de la elección del centro dependerá, en buena medida, la calidad de la red de contactos que representarán nuestros compañeros de estudio.
Además, viendo el gap de nuestro mercado laboral respecto al de otros países, convendría optar por másters con proyección internacional. Al principio tener que ir a clase en inglés da un palo tremendo, pero debemos pensar en que cuanto mejor invirtamos en nosotros mismos, a mejores oportunidades profesionales nos dará acceso todo ese esfuerzo.
Totalmente de acuerdo contigo. Sin embargo, en una situación como la actual, hay miles de escuelas que salen debajo de las piedras con cursos y masters que te venden como valiosísimos. Hay tanto y de tanto que estamos obligados a ser muy selectivos para que no nos den gato por liebre. Mucha oferta pero dudosa calidad.
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